sábado, 15 de noviembre de 2014
Un gran día para un hombre temeroso.
Se sentía pletórico, más feliz que nunca en su vida. Había comenzado la jornada mosqueado porque era martes y trece, y él nunca salía de casa cuando en el calendario se reflejaba la terrible conjunción entre el numerito 13 y el día martes. Era un supersticioso absoluto. Pero su jefe, que ya estaba enterado de "esa tontería de las supersticiones", le advirtió el día anterior que no faltase a la oficina por nada del mundo porque había mucho trabajo. Y no tuvo más remedio que obedecer. Se lanzó a la calle con todo el temor del mundo.
Y, para su asombro, le empezaron a pasar cosas buenas, muy buenas! En el metro se encontró con una antigua amante que aún estaba de muy buen ver. Esta le comentó que se acababa de divorciar, y quedaron para cenar esa noche.
Tras despedirse de Anunciata, que tal era el nombre de la amante reaparecida, entró en la cafeteria que había al lado de su oficina. Allí se despachaba todos los días un café con leche y un cruasán. Y en el váter descubrió un bolso de deportes que alguien se había dejado. Al principio pensó en una bomba, pero el bolso estaba medio abierto y no parecía que allí hubiese algún artefacto asesino. Entre ropa sucia, una camiseta, un calzoncillo y un chandal, descubrió un paquetito sospechoso, y el corazón le dio un brinco al ver lo que había dentro.
Dejó el bolso de deportes en donde lo había encontrado y se dirigió a su oficina. La cafetería estaba llena de desayunadores y de viciosos de los orujos y las cazallas mañaneras. Nadie había reparado en él.
Ya en la oficina se fue al váter a contar el dinero. Flipó en colorines: 3.500 euros!... Con lo necesitado que estaba ultimamente!... Qué bien le venían estos eurillos, Dios!
Una nueva alegría le iluminó más aún el martes y trece: Su hijo José Jorge le telefoneó para avisarle que estaba a punto de embarcarse rumbo a España. Se encontraba en el aeropuerto de Liverpool en ese momento, y en cosa de dos horas y media aterrizaría en Barajas. Hacía dos años que su retoño no se dejaba caer por España, por lo cual la noticia era maravillosa. Y ahora contaba con un dinerillo extra para sentirse economicamente fuerte ante su hijo y ante su amante recuperada. Pagaría algunos pufos e invitaría con larga generosidad a Anunciata y a José Jorge.
Don Ladislao Torrecilla Bejarano se hinchó como un pavo real y una sonrisa de oreja a oreja le acompañó en el trabajo. Su jefe no daba crédito a lo que veía. "Ladislao sonriente cual azafata televisiva, increible, y en un martes y trece!"
Pero, como se suele decir, las supersticiones afectan a los que creen en ellas.
Anunciata le telefoneó para comunicarle que adelantaba la hora de la cena. Su amante era muy celosa y podría sospechar algo. Le confesó que había descubierto el amor bisexual y se sentía muy feliz.
A la hora del bocadillo, todos los empleados se fueron a la sala de la máquina del café. Todos menos Epifanio, que quería terminar un trabajo lo antes posible. Se acercó a la mesa de Ladislao y abrió el cajón en donde sabía que guardaba la grapadora, descubriendo el paquetito del dinero y... la pasta voló con Epifanio!
Ladislao se puso pálido al percatarse de que su tesoro se había esfumado. En el tiempo que estuvo en la sala del café, habían pasado por allí Tere la limpiadora, unos técnicos que vinieron a reparar un ordenador y un mensajero. Ladislao sospechaba de todos, pero ignoraba que Epifanio se quedó allí en el rato del bocadillo.
"Oh, Dios, quién de ellos se habrá llevado el dinero!... Y cómo justifico yo que me haya traído 3.500 euros a la oficina.
Y entonces se enteró de lo peor: El vuelo de Liverpool que tenía prevista su llegada al aeropuerto Adolfo Suarez a las 2´15 pm, se había estrellado en Los Pirineos. Martes y Trece!
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No hay bien que por mal no venga....jejeje
ResponderEliminarAsí es, Don Jesús. Feliz sabadete!
ResponderEliminar¿Y un gato negro que se te cruce?
ResponderEliminarHace años, muchos, el día en que mi marido, mi hija (de unos cinco años), y yo, teníamos previsto salir del pueblo de él donde estuvimos pasando las vacaciones veraniegas para volver a Barcelona, le dije que esperara un momento, que iba al estanco a comprar tabaco.
El coche ya estaba cargado con el equipaje y el estanco estaba en la esquina. Corrí apresurada y se me cruzó un gato negro salido de la nada.
No me preocupé porque para mí, los gatos negros no dan mala suerte.
Pero... a la altura de Albacete tuvimos un accidente que pudo tener consecuencias fatales.
Nunca lo olvidaré, circulábamos por una autovía. Yo siempre iba pendiente de la conducción como si la llevara yo misma porque el merluzo de mi ex solía distraerse con la radio y me ponía de mil demonios. Más de una vez tuve que enderezarle el volante al ver que se desviaba mientras cambiaba la emisora. Se enfurecía: "¡No pasa nada! ¡Es un momento! ¡Ya me fijo!". Ya... "un momento" es suficiente para matarse, ¡imbécil!.
Conque cuando vi aparecer un coche a nuestra derecha, saliendo de unos campos, no dije nada. Y sucedió. El coche entró en la autovía sin respetar un inexistente STOP, algo que cualquier conductor que se precie de ello ha de tener en cuenta aunque no haya señal, e impactó contra mi portezuela, la del copiloto.
A resultas del impacto invadimos el carril contrario. Fue una suerte que en ese momento no pasara ningún vehículo porque segundos antes estaba muy transitado.
El merluzo de mi ex recuperó el control y paró en el arcén. El otro vehículo también.
Bajamos para evaluar los daños y hacer el parte. Mi niña estaba bien, sólo fue una brutal sacudida pero sin choque con nada más que el inicial, afortunadamente. La peor parte me la llevé yo en el brazo derecho, pero me tenía sin cuidado al ver que todos estábamos vivos y la nena sin heridas.
Los del otro coche eran una parejita que seguramente venían de hacer sus "cositas" entre los campos... Lo que me fastidió fue que el chico llevaba una pierna enyesada. ¿Cómo se le ocurre conducir en estas condiciones?
Y para acabarlo de arreglar, mientras hacíamos el parte, va la tía esa que le acompañaba y enciende un pitillo justo, justo, delante de nuestra toma de gasolina que estaba dañada, vamos, que bajó la mano con el cigarrillo encendido, justo delante de la toma. Se lo aparté inmediatamente, haciéndole ver su imprudencia. ¡Niñatos imbéciles!
Tuvimos que contactar con la compañía aseguradora. Nos recogieron de allí, llevaron el coche a un taller, pasamos la noche en un hostal y al día siguiente seguimos hasta Barcelona.
Al ser verano íbamos al chalet familiar (mío) y al llegar al pueblo nos detuvimos en el bar de la entrada a tomar una cerveza y hablar un poco, a ver como se lo decíamos a mis padres, que mi padre sufría del corazón.
Al salir, había dos agentes locales examinando nuestro coche. Obvio que era para mirarlo...
En fin, cuando volvimos al pueblo del merluzo las siguientes vacaciones, hubo una charla con sus primos/as sobre la mala suerte de que se te cruce un gato negro. Lo zanjé inmediatamente: "¿Nos matamos? ¿Salimos heridos? (mi brazo no contaba). ¿Perdimos el coche?". No. Pues ya está, para mí fue buena suerte porque podríamos habernos matado dos veces, con el choque si en ese momento de invadir el carril contrario no hubiera estado vacío inexplicablemente, y explotando con una bola de fuego si no aparto el cigarrillo de aquella burra delante mismo de la toma del depósito roto por el impacto.
¿Conoce usted 'Cita en Samarra'? Es totalmente veraz.
¡Feliz semana!
Perdone la tardanza en contestar, estoy cada día más ocupado y mosqueado, basicamente porque no me eligen para ningún trabajo y el Job Centre ( la oficina de empleo ) me obliga a ir a firmar... a diario! Han debido llegar a la conclusión de que estoy currando clandestinamente, cobrando en negro. La pasada semana tuve suerte y trabajé dos días en lo del buzoneo, pero hay quedó la cosa, fueron dos días de prueba pagados porque aquí es obligatorio pagar las pruebas, y me gané 55 librillas. Sigo en otro comentario.
ResponderEliminarMierda!, he perdido todo el comentario por tocar un a tecla equivocada. Vuelvo a hacerlo y ahora a trocitos para no llevarme un nuevo cabreo.
ResponderEliminarLa relación entre el gato negro y su accidente en carretera está dentro de nuestra mente y no hay para ello una explicación racional, aunque también hay que convenir que nuestra mente "fantástica", de la que sabemos muy poco, quizá nos haga alguna jugada "inexplicable" Sigo...
Para mi estas cosas son como lo de los ovnis y lo de las apariciones de la Virgen. El efecto es innegable, sabemos que están ahí, que se aparecen... pero ignoramos la causa. Y ahora, si me lo permite: Yo creo que la gilipollas que encendió el cigarrillo y el gato negro estaban compinchados, jeje!, perdone la broma.
ResponderEliminarPues no, no he leído "Cita en Samarra", háble de ella.
Feliz jueves!!
No se preocupe por la tardanza, que yo también dejo a mis comentaristas plantados como patatas, je. En la última entrada de mi blog personal sigue el debate, ya hay 48 comentarios y no tiene visos de terminar.
EliminarCurioso, lo del Job Center... pero menos que el mío. Se lo contaré en privado y alucinará, se lo aseguro.
Lo del gato negro no fue más que una discusión en si dan buena o mala suerte. A mi entender fue buena porque nadie salió dañado, y mire que se dieron varios factores para una desgracia, que si no hubiera sido bastante el choque y ocupar la calzada contraria, luego el cigarrillo frente al depósito dañado.
Me extraña que no conozca 'Cita en Samarra' porque es muy popular. Es un cuento árabe.
Fue el criado y pidió a su señor que le dejara el caballo más fuerte y veloz, explícandole que en el mercado había topado con una mujer, la cual le había sonreído de manera sardónica diciéndole que esa noche tenían una cita. Era La Muerte y el criado pidió a su señor que le permitiera huir de ella.
El amo accedió. Le dió su mejor corcel y el criado cabalgó y cabalgó sin descanso, quemando etapas hacia la lejana Samarra.
El amo se dirigió al mercado y se encaró con la mujer de sonrisa sardónica.
- ¿Tú eres quien ha amenazado a mi criado?
- No le he amenazado, señor, sólo me ha sorprendido verlo aquí porque esta noche tengo una cita con él en Samarra.
Nadie puede escapar a su cita con La Muerte. Esté donde esté, vaya donde vaya. Lo creo. Y lo creo porque me he librado de ella varias veces, señal de que no me había citado todavía. Por esto no le temo ni me preocupo, porque cuando haya de ser será.
¡Feliz finde!
Caray, pues conocía la historia, pero no recordaba su título.
EliminarLa oficina de empleo de aqui es muy meticulosa y yo ya llevo tiempo chupando del paro, pero he acudido a las entrevistas de trabajo que me han salido. La putada es que no me han elegido por no defenderme bien con el inglés. No es culpa mia o sí lo es, depende cámo se mire.
Feliz martes!
Me temo que sí es culpa suya por no defenderse medianamente en inglés, querido amigo. Una cosa va a ser que no pueda ejercer un trabajo cara al público, pero es que, hasta en Cataluña te piden el nível C de catalán para barrer las calles... Y estos se pasan, oiga, que con el castellano debería bastar.
EliminarVamos, digo yo que, aunque sea a su jefe inmediato, debe entenderle lo suficiente para que no haya malos entendidos y por lo que me ha contado, aquí patina estrepitosamente porque su nível de inglés es igual al mío: de internet, de palabras archiconocidas y gracias.
¡Feliz semana y mucha suerte!
No, mi nivel de inglés es aceptable en la calle, me entiendo bien en una tienda, con el conductor-cobrador del autobus, con alguien que me pregunta algo y conversamos unos minutillos, a trancas y barrancas pero conversamos, etc. Pero hay dos "altas instancias" en donde me es mas dificil, una es en el medico y otra con los managers que me entrevistan para un trabajo. Los managers buscan que te defiedas bien con el ingles, "bien" al modo de entender de ellos, porque yo les entiendo casi todo lo que me preguntan y ellos entienden lo que yo les digo, y ese precario ingles que yo hablo serviria para determinados trabajos, que a fin de cuentas son a los que me presento ( limpieza y ayudante en cocina o en portes ) pero ellos son muy suyos y quieren un ingles casi perfecto, aunque luego por Espana se muevan sin puta idea de espanol y todo el mundo esté obligado a entenderlos. Lo de el medico lo entiendo, pero esto otro no. Buen dia!
ResponderEliminarLo de siempre, todo a gusto de quien tiene la sartén por el mango.
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