lunes, 15 de junio de 2015

El Mensaje ( Episodio XX )











( Aspecto de la calle más importante de Allendelvino de los Infantes, por la que circuló Miguelín en la noche de su asesinato )


Enri pilló al teniente Vallejo en el peor momento, cuando discutía con el gran brujo local. Desde la salita en donde la indicaron que esperara, escuchaba las voces airadas del jefe de los picoletos de Allendelvino.
- Pues más no puedo hacer, coño!, y perdone usted la expresión. A esos hombres los voy a necesitar pronto para otros servicios. Dígale al obispo que contrate a una empresa de seguridad.
Doña Enri no oyó, por supuesto, la voz del párroco contestando al teniente:
- Para que sirve la guardia civil si tenemos que recurrir a la seguridad privada?
Pero sí oyó la replica del teniente:
- La guardia civil lucha contra el crimen, Don Saturio, y a usted solo le hacen pintadas y le ponen a parir por el pueblo, y eso, por muy feo que sea, no se puede considerar delito.
Aún duró un buen rato el tira y afloja entre la maxima autoridad religiosa y la maxima autoridad militar picoleta de este lugar de La Mancha que ya conocemos todos. Finalmente, el teniente Vallejo recibió a la sargento Jiménez Herrera.
- Sí, me comunicó el alcalde Genaro que usted venía para acá. Eso fue antes de saberse que habían asesinado a Miguelín; es decir, usted salió de Almeria ayer por la mañana, no es eso?
- Así es, mi teniente.
- Nada que objetar si la policía está de acuerdo. Sea bienvenida. Mire usted, todos hablan de que ha sido el párroco, pero a lo mejor no ha sido y entonces el caso se complica, por lo cual cualquier ayudilla es buena y, según tengo entendido, usted es una investigadora de primera categoría.
- Muchas gracias, mi teniente.
- Me impresionó lo inteligente que se mostró usted para dar con el asesino de internautas de cibercafés. Quién iba a decir que tras el alias de "Sor Perra" se ocultaba el obispo Fernando González?... Leí todo lo que se publicó sobre los sagaces pasos que dio usted para...
Enri ya no le escuchaba, los halagos la aburrían un poco y ya llevaba unos segundos "analizando" al viejo tricorniano:
"Tiene un mostacho como Tejero, pero no le veo asaltando el Congreso de los Diputados, parece un buen hombre, aunque algo viejorro, como mi Doño. A mi me da que lo que quiere es que le dejen tranquilo, que los "maderos"nos ocupemos de todo.
Y no se equivocaba Enri. Por otra parte, Don Braulio se encontraba entre dos fuegos, la izquierda extremista y laica y la derecha capitalista, folclórica y religiosa. "Quereis crucificar a Don Saturio?, vale, pues yo me lavo las manos", les diría a los de izquierdas. "Hay que iniciar el proceso de beatificación de Don Saturio?", pues adelante!", les diría a los de derechas. Pero, claro, no podían ser las dos cosas a la vez. Así que, si la responsabilidad del caso la asumía la policía nacional, mejor que mejor.
Tras abandonar el cuartelillo picoleto, Enri se dirigió a la zona en donde dio sus últimos pasos antes de morir el infortunado Miguelín.
Estuvo dos horas dale que te dale, subiendo y bajando la cuesta que iba de la casa del cura a la casa de Miguelín y el otro tramo en donde afirmaban haberle visto dos personas. Había algo que no encajaba.
"Esto es muy extraño, no me cuadra para nada"

( Doña Enri se mosquea. Crecen sus sospechas contra el padre Saturio o ha surgido otro enredo?... Atentos a la próxima entrega de este culebrón atípico! )

6 comentarios:

  1. Ya puedo por aqui, y creo que he hecho algo que creo que no esta bien, a ver como lo arreglo.

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  2. Ay, Dios, que par de días lleva usted, Doña Enri!... Jajajajaja!... Se la perdona porque es un gran inspectora!

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  3. Jajajajajaja...!, dentro de un ratillo la veo en Facebook. Hoy no me comenta nada del episodio?

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  4. Me gusta mucho a ver conocido al Vallejo, pero no se como explicarle una cosilla, porque no quisiera meter la pata.
    y otra cosa mi ,es mucho mas gu...o que Vallejo.

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