Un final increible.
Don Ramiro estaba muy orgulloso de su retoño. El simpatico Ramirín ya había cumplido tres añitos y era el orgullo de sus padres, Don Ramiro y Doña Teofrasia.
Ramirín, sin soltarse de la mano de su progenitor, aguardaba pacientemente a que el semáforo para peatones se pusiese en verde.
- Nunca pasar cuando está en rojo, Ramirín, nunca!
- Nunca, nunca! - repitió el niño.
- Siempre hay que esperar, siempre!
Si no estuviese acompañado por Ramirín, Don Ramiro ya habría cruzado, pues apenas circulaban coches, pero se había propuesto muy seriamente educar al niño en el respeto y cumplimiento de las normas de convivencia, incluídas las normas de tráfico.
Pocos segundos antes de que apareciese el monigotillo verde que daba prioridad a los peatones, observó que se acercaba un coche negro.
Y llegó el turno de los peatones. Don Ramiro tiró de la manita de Ramirín, iniciando el paseíto que les llevaba al otro lado de la calzada. De pronto observó con inquietud que el coche negro no disminuía su velocidad para detenerse.
Don Fausto era un hombre permanentemente estresado. Su trabajo como ejecutivo veterano de una empresa de importación y exportación era tan frenética que muchos días no disponía ni de cinco minutos para comer.
- Que sí, Rebóllez, hostias, que el cliente está de acuerdo con la subida de precios, que...
Hablar por el móvil mientras se conduce es muy peligroso. Don Fausto solo vio aquel cuerpo humano una décima de segundo antes de que se empotrase contra el morro del coche. No vio el otro cuerpo humano que era más bajito, el del niño. Ramirín murió al instante, acabó de muy mala manera, golpeado por el coche y aplastado por una rueda. Don Ramiro aún duró cuarenta minutos y murió en la UVI móvil.
Doña Teofrasia abrió la puerta de su casa y al ver a la pareja de policías municipales empalideció al instante. "Ay, Dios mio, a Ramiro y a Ramirín les ha pasado algo!"
- Doña Teofrasia Churragozosa del Fandango?
- Sí, soy yo.
Antes de que el munipa le comunicase la mala nueva, varios pensamientos se agolparon en su mente: "No me extraña que estén muertos porque este autor mata a muchos personajes inocentes. Claro, cómo no se me ha ocurrido antes?... Los ha matado y están bien muertos, y para intentar que se le borre la tristeza y el fastidio a su única lectora visible y sensible, Doña Leona, me pone a mi un nombre y unos apellidos absurdos, como quitándole hierro a la tragedia en favor del esperpento. Este tío es un majara que va de escritor y solo se le ocurren imbecilidades. Y ahora qué?, se supone que tengo que dar un grito o desmayarme, o ambas cosas a un tiempo. Lo más correcto es que grite primero y me desmaye después, no?... Pues no, no voy a hacerlo, que le den mucho por el culo al autor. Hala, aquí se acaba el cuento.
A ver si puede ser, si puede ser¡¡¡ que el escritor de estas historias, quiere escribir novelas de amor, por ejemplo. buenos días¡¡¡
ResponderEliminarEnriqueta, prefiero cualquier matanza de mentirijillas que morir por exceso de azúcar. Que soy diabética, mujer... ;D
EliminarBuenos dias, Super Enri!... Ya le escribiré algun cuentillo de amor, no se preocupe, pero novelas no, la gente pasa de mis novelas, Feliz fin de semana!
ResponderEliminar¡Otia! Pues ahora el autor lo tiene peor, je je je... Yo me conformaba con que no matase constantemente a personajes inocentes, pero ha llegado Enriqueta y quiere ¡amor!
ResponderEliminar¿No quería usted comentarios? ¡Juas juas juas!
Oiga, si escribe relatos de amor yo paso, ¿eh? Siempre me han aburrido un montón.
¿Conoce a Tom Sharpe? Saqueé la biblioteca llevándome ocho tomos suyos y me estoy partiendo de risa, es tan genial como John Kennedy Toole, compruébelo si tiene ocasión.
¡Buen finde!
Tom Sharpe... me lo apunto!, aunque ya sabe que dependo excluvamente de lo que haya en la biblioteca. Pues hay que contentar a todo el mundo, y ahora que tengo una nueva lectora visible y peticionaria no puedo defraudarla, ja, ja. Me estrujaré el coco pensando relatios amorosos, aunque para mi es más fácil lo policiaco y lo macabro, ya que estas son las influencias que recibo por mis lecturas. Feliz domingo!
EliminarLe recomiendo las andanzas de Wilt de este autor, unos cuantos tomos, pero tiene más sin hilación con el inefable Wilt.
EliminarY sí, es del estilo de nuestro admirado J. K. Toole, ¡clavadito!
Podría pensarse que le imita, pero esto es imposible, dado que el autor de 'La conjura de los necios' se suicidó antes de ver publicada su única novela, mientras que Tom Sharpe ha publicado muchas y su sarcasmo y humor no declinan.
¡Hasta el lunes!
Dentro de unos dias, cuando termine la policiaca que estoy leyendo, echaré un buen vistazo a los libros de la biblioteca, y si no encuentro nada de Tom Sharpe le preguntaré a la bibliotecaria, y si no a joderme!
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