domingo, 31 de agosto de 2014

Pido poquito, muy poquito, a cambio de lo que doy.

Doy entretenimiento, lectura amena, varias tramas policiacas en un novelón de mi detective el inspector Madero, todo ello servido diariamente en pequeñas dosis, un mini-episodio al día, algo que no quita mucho tiempo de sus quehaceres a los navegantes internáuticos, a usted que me está leyendo ahora mismo.
Pido que me animen un poquito, aunque sea una frase corta, una palabra, un mínimo estímulo, el combustible necesario para poder seguir funcionando. Comprendan ustedes que los creadores necesitamos motivaciones, aparte de nuestro impulso natural de crear.
Me espero quince días a que doce lectores dejen aquí su impronta. Si lo hacen antes, antes continúo el novelón. Si no lo hacen, lo siento mucho, The End. Sé que están ustedes aquí porque las estadísticas me lo chivan.
A mis únicas lectoras identificadas, Leona Catalana desde Blogger y Enriqueta Jiménez Herrera desde Facebook, en caso del posible desastre, les resumiré el final del culebrón en un correo privado.
Y seguiré escribiendo relatos cortos cada vez que me apetezca, y ustedes siguen estando invitados, por supuesto, no me puedo negar, je, je!
Señoras  y señores, triste es escribir sin estímulos, pero más triste es seguir haciendo el gilipollas.

domingo, 24 de agosto de 2014

Zurbahistorieta para el Concurso de relatos veraniegos de El Periódico del Prat.







( Isla de Barbados en la actualidad )

Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.

Era un verano más, un hermoso verano en una tierra en donde siempre era verano. Qué pena que los mosquitos y los huracanes soliesen deslucirlo, unos todos los días y los otros de vez en cuando.
Elizabeth y Diana se dirigieron a la playa sin ninguna prisa, con todo el tiempo del mundo para admirar la Naturaleza y la excusa tonta de buscar caracolas.
- Qué será del pobre Akin?
- Vete tú a saber. - Repuso Elizabeth.
- Me da pena cada vez que pienso en ello. A ti no te da pena?
- Ha cometido una equivocación. La familia Dunmore le trataba muy bien, con ninguna otra familia hubiese estado mejor.
Nada más pisar la arena de la playa, Diana se llevó una gran sorpresa porque Elizabeth empezó a desnudarse.
- Qué estás hacienda, chica?!
- Voy a bañarme.
Siguió escandalizada, pero no quiso decir más. Aunque eran amigas porque se habían criado juntas, Diana nunca olvidaba que Elizabeth era su ama.
La "intrépida" Elizabeth se adentró en las aguas claras de aquella playita cercada por arrecifes de coral y custodiada por altas palmeras. Nadó durante un rato y luego se sumergió. Aguantó la respiración para observar el mundo submarino. Una formación de peces de muchos colores se detuvo dos segundos a mirarla, e inmediatamente reemprendieron su viaje como autómatas. Una tortuga del tamaño de un pellejo de vino pasó nadando parsimoniosamente muy cerca de ella.
Emergió y se dirigió a la playa en donde la esperaba la servicial Diana. Se quedó un rato desnuda sobre la arena para que el sol hiciese el trabajo de secarla, pero enseguida buscaron ambas la protección de una frondosa palmera.
- Bañarse en las aguas de la playa es un gran placer, Diana, deberías probar.
- Me da vergüenza, je, je!
- Aquí no nos ve nadie. Sabes?, algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar, y las playas se llenarán de hombres y mujeres.
- Pero qué locura es esa, Elizabeth, ja, ja, ja!
No podia entenderlo porque eran otros tiempos, aquello era otra cosa. Aquello era Barbados, una gran isla de Las Antillas, y estaban a la mitad del siglo XVII.

El negro Akin había observado muy excitado a Elizabeth mientras esta se bañaba desnuda. Era la primera vez que veía a una mujer blanca completamente desnuda, y se cuidó mucho de que ella no le viese a él, la observó desde detrás de una roca casi cubierta por las aguas. El también se había bañado, igual que lo hacía en los lagos de su Nigeria natal, allá en la remota y añorada Africa, antes de que le raptasen los negreros.

Esa noche la mulata Diana no pudo evitar una sonrisa mientras se dormía, al recordar las palabras de Elizabeth: "Algún día la gente descubrirá lo placentero que es un baño de mar y las playas se llenarán de hombres y mujeres"; "Decididamente, Elizabeth está cada día más loca", pensó, "si todos los hombres y mujeres fuesen a la playa, quién se iba a ocupar de vigilar a los negros para que cumplan con su trabajo de cortar la caña de azúcar?"
En esos mismos momentos y a menos de una milla de distancia, el capitán de la hacienda Dunmore y sus hombres capturaban al negro Akin. Le había delatado el pequeño fuego que hizo para asar un pescado. A la mañana siguiente fue sometido al castigo que les estaba reservado a los que se fugaban: 100 latigazos. Naturalmente, no los resistió, murió antes de que el verdugo llegase a tan terrible cifra, y de inmediato fue arrojado a una fosa.
Akin se fue al mundo de los dioses, en donde se reuniría con sus padres y hermanos, los cuales no pudieron aguantar la horrible travesía del océano en el barco negrero holandés, siendo arrojados sus cadáveres por la borda.
Eran otros tiempos, aquello era otra cosa.

jueves, 21 de agosto de 2014

Interrupción

Aviso a navegantes blogueriles.

Interrumpo la publicación del culebrón durante quince días aproximadamente para descanso de mis fieles lectores.

Como decía antiguamente TVE: "Rogamos disculpen esta interrupción y permanezcan atentos a la pantalla"

Gracias !!!

miércoles, 20 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 52 )










La coartada perfecta

- Puede demostrar que no estuvo en Lobodoiro ( Cantabria ) en la noche del lunes 11 de Noviembre?
- Yo no puedo recordar ahora que hice esa noche porqué... joder, cómo iba a suponer yo que algún día me iban a acusar de asesinato, coño!
Hubiese sido muy mosqueante decir que tenía la coartada perfecta, pues era sumamente necesario que todo transcurriese paso a paso. "Vale, pues que el puto polizonte se crea de momento que está triunfando. De ilusión también se vive, je, je!"
Madero le hizo aparcar frente a una comisaría y explicó el caso al comisario. Era preciso que le retuviesen el tiempo necesario para que él realizase unas comprobaciones. De tales comprobaciones dependía que aquel hombre fuese acusado del asesinato del amante de su esposa.
- Por qué cojones me detiene?
- Por torturar toros.
- Es usted gilipollas o qué?!
- Queda detenido por insultar a la autoridad. Tiene derecho a un abogado...
El primer paso del inspector fue ponerse en contacto con la empresa de taxis para la que trabajaba Arroyo, y la suerte se le puso de cara, el día del crimen había llevado a un cliente a Cantabria. Madero consiguió al momento la orden de detención de Cecilio Arroyo como presunto autor de la muerte de José Luis Campillo. En la hoja de ruta del taxi constaba que había llevado a un cliente a Ampuero, localidad cántabra famosa por sus encierros de toros. 
Pero Cecilio Arroyo contraatacó a través de su abogado de oficio, que para ser de oficio se mostró muy entusiasmado en la defensa de su cliente, y es que enseguida se percató de que este tenía todas las de ganar: Arroyo, efectivamente, se trasladó a Cantabria, cobró la carrera y dejó allí a su pasajero, pero había salido tempranísimo de Madrid, cuando aún era noche cerrada, e inició el viaje de regreso en cuanto se bajó su cliente del taxi, de tal forma que estuvo en Madrid en pleno atardecer.
A las seis de la tarde estaba celebrando en el parque infantil "Garbancito" el cumpleaños de Carolina, la novia pequeña de su hermana María, y simultáneamente el santo de Martín, un sobrino suyo bebé, pues el 11 de Noviembre es San Martín, el santo del famoso "veranillo de San Martín", rodeado de unos cincuenta niños y adultos, además de los payasos, el mago y los camareros, los cuales podían atestiguar perfectamente que él estuvo allí aquella tarde. Podían atestiguarlo de palabra y con fotos y videos.

A las 9,30 de la noche, a su salida del hiper Ahorro Mogollón, cuando atravesaba el parque mal iluminado, camino de su casa, fue asesinado vilmente José Luis Campillo Arenal. Imposible que hubiese estado allí el taxista torero.
Para Don Maximino Madero Larramendi, probo benemérito y sagaz detective, aquello fue un jarro de agua fría, una maldita jugarreta del destino.
"Pero a mi nadie me quita de la cabeza que este hijo de puta es el asesino"

( Continuará )

martes, 19 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 51 )










Un paseo en taxi


Cecilio Arroyo estaba de suerte esta mañana. Tras llevar a un cliente hasta el hospital de La Paz  ( en donde dejó de respirar el dictador Franco ) recogió a un matrimonio de ingleses en la Plaza de Emilio Castelar y los llevó hasta la estación de Atocha. Y ahora, en la plaza de Tirso de Molina, se subió al taxi un tipo grandote. Todos buenos clientes, ninguno con mal aspecto, ninguno conflictivo. Este último también le daba la impresión de que no iba a incordiarle. Eso pensaba él.
- A dónde vamos?
- Usted arranque. Digamos que quiero dar un paseo mientras charlamos.
- Oiga...
Iba a protestar cuando vio la placa por el retrovisor central. Le bastaron unos décimas de segundo para poner sus neuronas a mil por hora. "Llegó el momento temido, ahora es cuando tengo que poner a prueba mi sangre fría. La coartada es perfecta y el único delator posible está fuera de circulación"
Le acompañaban en el salpicadero la foto de un niño con síndrome de Down ( Cecilio hijo ) y de una mujer que no era Charito Coscojuela. "Será la torera?" En lo alto, frente al parabrisas, se mecía la figurita de un torito bravo con dos banderillas rojigualdas clavadas.
El taxi fue dejando atrás Tirso de Molina.

El doctor en medicina general Sandalio Torremayor Gabicagogueascoa había ejercido en varios pueblos de Cantabria antes de jubilarse. Pudo sobreponerse al fallecimiento de su mujer, pero la muerte súbita de su hija en un desgraciado accidente de coche le dejó muy tocado. A pesar de todo no rehuyó el contacto con Joselín, al que había conocido antes de que ocurriesen las dos desgracias, pues Don Sandalio se entendió con chicos toda su vida, sin que su mujer y su hija sospechasen nada. Para él esto no era una traición a su esposa, sino satisfacer un deseo sexual que no estaba bien visto en ciertos ambientes profesionales y en ciertas familias de "arraigada tradición católica" Osea, estaba abocado a permanecer siempre "en el armario" Pero, al faltarle sus seres queridos, se operó un cambio sustancial en su sistema afectivo, algo de lo que él mismo se extrañó e incluso se horrorizó. Era la primera vez que le ocurría con un chico. Y esa fue su perdición... y la perdición de Joselín.

- Parece muy guapa la chica de la foto, eh?... Es la torera?
- Es mi pareja, María. Sí, es novillera, y a usted qué le importa?
- No se enfade y conduzca atento al tráfico. Le tengo en mis manos, amigo. A ver cómo me convence de que no tengo que acusarle del asesinato de José Luis Campillo Arenales.
- No sé de qué me habla.
- Lo sabe muy bien y no sabe fingir. Un inocente se hubiese mostrado muy sorprendido al escuchar lo que acabo de decirle.
- Estoy muy sorprendido, sí que lo estoy, aunque no se me note en la cara. No me cabe en la cabeza que alguien me acuse de un asesinato.
- Usted amenazó con matar al amante de su mujer.
- Vaya, así que han matado a aquel capullo?!... Y me lo achacan a mi?... Ja, qué risa!
- Va a negarme que amenazó con matarle?
- No, eso no se lo niego.
"Este jodido muestra una seguridad que no es normal. O no es el asesino o sabe que no ha dejado ninguna pista y eso le da el aplomo suficiente para cachondearse de mi"
Tras rodar por la Calle Magdalena, Plazuela de Antón Martín y Calle de Atocha, giró en la glorieta de Carlos V para enfilar el Paseo del Prado en dirección a Neptuno y Cibeles.
- Puede demostrar que no estuvo en Lobodoiro ( Cantabria ) en la noche del lunes 11 de Noviembre?

( Continuará )

lunes, 18 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 50 )






Dos casos peor que uno

Madero advirtió a Charito Coscojuela que estuviese siempre localizable.
- Siempre estoy localizable en la productora, practicando mi deficiente inglés, je, je!
- Progresará, no se preocupe.
Al mismo tiempo la tranquilizó respecto a una posible venganza de su ex marido contra ella.
- No debe preocuparse por eso, si todo fluye como es debido, Cecilio pasará muchos años en la cárcel.
Pero no iba a fluir como es debido, al menos de momento.
Se despidió de ella en la puerta de la productora. Un tibio sol y el arco iris en el techo azul de la Plaza de España, servían de epílogo a la tormenta.
Varios mocetones con aspecto de "hombres duros" llegaban en ese momento para someterse al casting de "Dos mercenarios y una stripper de Valladolid" Las series de producción nacional empezaban a triunfar en España. Muy atrás quedaron ya los tiempos de Curro Jiménez, Verano Azul o Un señor de negro, cuando, a pesar de todo, las producciones más visionadas eran made in USA.

Jiménez llamó para ponerle al corriente sobre el caso de Joselín.
- Ya sé que ha hablado con García esta mañana, mi teniente, pero acabamos de recibir el informe del forense.
- Y bien?
- Nada indica que no se trate de un suicidio. Incluso, a pesar de la relación homosexual que mantuvo con Joselín, confirmada por varios gais que les conocían, yo me atrevería a desligarle del caso Joselín.
- Tiene que tener alguna teoría de mucho peso, Jiménez, para llegar a esa afirmación tan contundente.
- Verá usted, mi teniente, a Don Sandalio Torremayor se le había muerto su esposa no hace mucho. El desenlace se debió a un fatídico cáncer, y una semana antes del asesinato de Joselín murió su única hija en un accidente de tráfico. Dicen que estaba muy desolada desde entonces.
- Obviamente hablamos de un hombre bisexual.
- Exacto, mi teniente.
- Hay algo que no encaja. Con la hija fallecida sólo una semana antes, Joselín se permitió echarle una bronca de campeonato y amenazarle incluso con asesinarle...
- Sí, eso es duro de creer, mi teniente, o de interpretar.
- Pues aún no podemos descartar nada. Remuevan Roma con Santiago, Jiménez, vuelvan a interrogar a los testigos, muévanse... algo se nos escapa en este caso.
- Y usted cómo lo lleva, mi teniente?
- Creo que tengo ya en mis manos al asesino de José Luis, puede ser cuestión de horas.
- Enhorabuena, mi teniente!
- No cantemos victoria, Jiménez, todo a su debido tiempo.

Las declaraciones de Coscojuela indicaban que Cecilio Arroyo era el asesino de José Luis Calvillo, pero no disponía de pruebas para detenerle. Estuvo tentado de solicitar de la Comandancia de la Guardia Civil de Valdemoro un guardia para que le acompañase en su encuentro con el sospechoso, no fuera que este tuviese una reacción negativa, pero al final descartó la idea, se valdría por si mismo.
Tras las pesquisas convenientes, se enteró de que el taxista torero cecilio Arroyo frecuentaba la parada de taxis de Tirso de Molina, y allí se dirigió en el metro de línea 1.

( Continuará )



sábado, 16 de agosto de 2014

Zurbahistorieta del sábado sabadete









En los extremos del mundo

( Para el Concurso de relatos veraniegos de El Periódico del Prat )


Oriol Puchades, una bestia hercúlea tatuada con más de una docena de símbolos independentistas, se paseaba por la arena de la playa luciendo un bermudas de la "estelada" y una camiseta serigrafiada con dos rotundos "Puta Espanya, collons!", uno en el pecho y otro en la espalda. Le acompañaban, sujetos por una gruesa cadena, dos pitbulls entrenados para matar.

Don Jesús María Abad del Monasterio, antiguo militante de Fuerza Nueva y ex guerrillero de Cristo Rey, además de prestigioso ex empresario jubilado, observaba por la mirilla telescópica de su rifle, desde el ático de su casa, en un edificio alto situado junto a la playa, al maldito rojo de mierda que se atrevía a insultar a la sagrada patria.
Don Jesús María, a pesar de sus ochenta años recién cumplidos, conservaba un buen pulso y estaba dispuesto a disparar contra el repugnante separatista.

Sonó "Els Segadors" y Oriol pulsó la pestañita de respuesta de su móvil.
- Hola, Jordi!... Pues nada, dando un paeíto por la playa para ver si algún puto fascista español me mira mal y me doy el gustazo de reventarle la cabeza a hostias, o le suelto a mis "escoltas" para que lo destrocen a dentelladas, ja, ja, ja!
( Lo dijo en catalán, por supuesto. Espero haber sido fiel en la traducción )

Don Jesús María se congratuló por la ocasión que le brindaba el destino. El rojo se había detenido para responder al teléfono. Lo tenía en su punto de mira. "Dios mio, es un blanco perfecto!"
Oprimió el gatillo y...
Una fuerte sacudida del corazón hizo retorcerse del dolor al viejo patriota. Don Jesús María cayó al suelo de la habitación con el corazón ya inservible y los ojos espantados.
Había salvado su vida Oriol Puchades?... Ahora lo veremos.

Familiares, viejas amistades, algunos correligionarios ( otoñales guerrilleros de Cristo Rey y apergaminados falangistas ) acudieron a las exequias fúnebres por el alma del venerable difunto.
Don Borja Antonio, hijo del extinto, le comentó a su cuñado Luis Angel:
- Papá ya había perdido la cabeza, pobrecillo! En los últimos tiempos se creía que era un francotirador en el Madrid republicano. Fíjate, Luis Angel, al energúmeno ese que se pasea con dos perros, ya le había matado veinte veces.
- Jesús, Jesús, no somos nadie!
El féretro estaba cubierto por la bandera española del franquismo, la del aguila negra del Imperio, y sobre la enseña de aquella patria conocida por "una, grande y libre", alguien había puesto un pequeño rifle de mirilla telescópica. Era el homenaje de su nieto pequeño, Alvarito, el cual admiraba profundamente a su abuelo porque todos los días, al regresar del colegio, se lo encontraba matando rojos desde la ventana que da a la playa.
Quién le iba a decir a aquel glorioso nacionalista español que en sus últimas horas en este mundo iba a tener sobre su ataud un juguetito llamado "Rifle automático de vision telescópica de la Capitana Indestructible"

viernes, 15 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 49 )















El sospechoso número uno.





Charito accedió resignadamente a responder a todas las preguntas del detective. Su ex marido tenía un carácter violento, aunque a ella nunca la pegó. Se llamaba Cecilio Arroyo y trabajaba como taxista asalariado casi todo el año, el "casi" excluía la temporada estival, cuando se contrataba como banderillero de segunda fila en la cuadrilla de algún novillero o en las populares "charlotadas" ( espectáculos cómico-taurinos )
- Usted conoció a José Luis en Fantastic Media?
- No, yo fui quien le traje a la productora para que le diesen el trabajo. Le conocí un domingo que fui al Rastro con unas amigas. Entramos en un bar de Antón Martín en donde trabajaba él. José Luis me gustó y volví otro día. En esas fechas estaba ya muy distanciada de mi mi marido tras la última discusión, una discusión muy fuerte. Me enteré de que me engañaba con una aprendiza de torero de la Escuela de Tauromaquia de Madrid.
- Ajá, muy interesante. Tiene antecedentes penales su ex marido?
- Eh... cosas de joven, cometió algunos pequeños hurtos, pero más que nada para buscarse la vida, para poder pagarse los trenes o la comida cuando iba a las capeas o a alguna plaza de tercera categoría de las que ofrecen oportunidades. Después, cuando se fue dando cuenta de que no iba a triunfar jamás, se colocó como peón de la construcción, y más tarde como taxista. Pero en los veranos todavía le llaman para que actúe de subalterno en alguna novillada, pero muy poca cosa, no pasan de cinco o seis contratos por temporada, en pueblos de aquí cerca.
- Tiene su dirección, su teléfono...?
- Sí.
Bajó la mirada y volvió a llorar. Madero se congratuló de su buena suerte, pero... ah, no iba a ser tan sencillo!

( Continuará )

miércoles, 13 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 48 )









Un asesino suelto, una mujer desolada.


Cecilio Arroyo rodaba por La Castellana en su taxi escuchando música de la radio. En el asiento trasero viajaba el cliente de turno, un hombrecillo que acudía al hospital de la Paz a que le examinase el urólogo.
Volvió a su obsesión habitual, repasar todos los movimientos de aquella noche, buscando un cabo suelto, algo que pudiese delatarle. Pero su coartada era perfecta. Jamás le podrían acusar del asesinato del amante de su esposa.
Dejó al cliente en el hospital y regresó al centro de Madrid. Llovía intensamente en toda la comunidad.

Charito Coscojuela se vino abajo. Sollozó, tembló, se limpió las lágrimas con un pañuelito de papel y finalmente miró al inspector con cara de ovejita degollada.
- Mire usted, eso no lo puedo negar, mantuve una relación con José Luis, pero yo no estoy encubriendo a ningún asesino porque no sé quién le ha asesinado.
- Pues yo me apuesto algo a que usted sospecha de alguien. Su propósito, desde que se ha enterado de la muerte de José Luis, ha sido mantenerse alejada de la investigación, es decir: darme el esquinazo. Pero usted no decide, señora, decido yo. Le será más fácil colaborar desde este momento y no cerrarse de banda. Su reticencia solo va a servir para retrasar la investigación. Lo entiende o no?
No quería hablar, pero sus ojos indicaban todo lo contrario. La señora Coscojuela deseaba en su fuero interno librarse de todas las angustias que tenía dentro, y el inspector aprovechó para tirar del hilo.
- Permítame unas preguntas, está usted casada?
- Separada legalmente.
- Tiene hijos?
- Un niño de ocho años.
- Quién lo cuida mientras usted trabaja?
- Está durante el día en un centro especial para niños con síndrome de Down.
Madero hizo una pausa para cambiar de postura. Se recolocó en su silla y miró muy fijamente a Charito Coscojuela, dispuesto a analizar su siguiente reacción.
- Usted sospecha que su ex marido es el asesino de su amante, pero quiere negarse a reconocer que pueda ser verdad, ya que también es el padre de su hijo, o porque le teme y piensa en su venganza si usted habla. Usted rompió la relación con José Luis Campillo y ahora siente el impulso de... "proteger" - y remarcó con los dedos la señal de entrecomillado - al hombre con el que comparte la custodia de su hijo. Me equivoco?
Charito guardó silencio con la mirada fija en el servilletero rojo de CocaCola. Madero  continuó "atacando"
- Al mismo tiempo cree posible que su marido haya cometido esa salvajada. Y entonces surge Anselmo Cerrajero y le aconseja que se mantenga callada. Pero tanto él como usted piensan que el asesino no puede ser otro. Ahora la pregunta obligada es: Cuando su marido se enteró de lo suyo con José Luis, amenazó con matarle?
La pausa fue minima y la respuesta apenas un susurro.
- Sí.

( Continuará )

martes, 12 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 47 )








Madero contra Coscojuela

El inspector se acomodó en una de las mesas más alejadas de la barra, para que el personal del bar no pusiese la oreja en la conversación. Charito Coscojuela no se hizo esperar. Sólo diez minutos después de que Madero disolviese el azúcar en su café con leche, la secretaria de Fantastic Film apareció con un paraguas white and blue chorreante. Madero también se sabía los colores en ingles: white por blanco y blue por azul.
El camarero indicó un paragüero a la clienta, y ella localizó enseguida al "hombre duro" que se había presentado en Madrid para amargarle la vida.
Se sentó rapidamente, sin decir hola, y fue directa al grano. En el camino de la productora al bar había cambiado su actitud, aquel hombrón no le iba a sacar ni una palabra porque ella era inocente.
- Por qué ha dicho que estoy encubriendo a un asesino?... Esa es una acusación muy grave, señor. Yo no estoy encubriendo a nadie, hasta anteayer no sabía que José Luis había sido asesinado.
- Elemental, porque fui yo el que se lo dije a Cerrajero. Pero no trate de confundir las cosas. Encubrir no quiere decir participar en el asesinato. Usted me está ocultando algo, ustedes!, Cerrajero y usted, lo cual me hace sospechar que tratan de encubrir al presunto autor del crimen.
Iba a seguir hablando, pero vio por el rabillo del ojo que se acercaba el camarero.
- Qué desea tomar la señora?
- Un café con leche corto de café en taza mediana.
El camarero volvió sobre sus pasos y Madero siguió disparando.
- No sé si ve usted muchas películas, pero a esto se le llama "obstrucción a la Justicia"
- Me da que usted se está extralimitando conmigo, señor. No sé de dónde se saca que yo pueda saber algo sobre el asesino de José Luis Campillo. Sólo tiene un referente: que trabajó para nuestra productora durante una semana.
- Alguien le ha aconsejado mal, señora, a no ser que pertenezca usted a ese tipo de personas ilusas que se piensan que los investigadores somos imbéciles. - Adelantó el corpachón sobre la mesa para mirarla más de cerca y muy fijamente a los ojos. - Asegúreme sin cambiar su expresión que usted no mantuvo una relación sentimental con José Luis Campillo Arenal.
No sólo mudó el semblante, también se le fue de las manos el servilletero con el que se había puesto a jugar. El inspector dejó que corriesen unos segundos de silencio. La llegada del camarero con el café prorrogó la pausa. De la calle les llegó el eco de un trueno.
"Vaya, esto parece una película!", pensó Madero, "un trueno muy oportuno para subrayar el efecto dramático"
- Desea algo para mojar? - preguntó el servicial camarero de inconfundible aspecto ecuatoriano - tenemos ensaimada, madalenas, torrijas, palmeras, churros y porras.
- Tráigame a mi otro café solo. - dijo Madero, y volvió a dirigirse a la remisa. - Can you help me, madam?

( Continuará )

lunes, 11 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 46 )









Corriendo bajo la lluvia

Dos cazas de la base aérea de Torrejón pasaron sobre el tren hacienda un ruído de mil diablos. Acababan de despegar. El convoy reinició la marcha. Treinta minutos después, Madero pisaba nuevamente la estación de Atocha.
Tomó el metro sin necesidad de salirse de la estación. Se bajó en Santo Domingo y desde allí caminó hacia la productora. El día empezaba a chafarse, lo que en un principio fueron cuatro gotas, se convirtió muy pronto en un chaparrón. Demasiado tarde para volver sobre sus pasos, entrar en el hostal y hacerse con la gabardina que había incluído en el equipaje. Así que esprintó Leganitos abajo para alcanzar lo antes posible el portal de la productora. En su precipitación no vio al minusválido motorizado que se acercaba por la acera a toda hostia en su minibólido. "Su puta madre!", exclamó Madero en el ultimo segundo, echándose en un acto reflejo a la cuneta y estando a punto de ser arrollado por un ciclomotor. El minusválido iba tan campante escuchando música por los cascos.
Como una chupa y aún con el susto en el cuerpo llegó a Fantastic Film. La secretaria le echó un vistazo acompañado de una sonrisa amplia y continuó con su conversación telefónica en inglés. A Madero le pareció un English de principiante, no cesaba de repetir "Sorry, I understand" y "What?" ( "Lo siento, no entiendo" y "Qué?" ) Madero no hablaba inglés pero de vez en cuando echaba un vistacillo en los libros de Encarnita, pues a su querida cónyuge le había dado ultimamente por aprender la lengua de Shakespeare.
Cuando colgó le dedicó otra sonrisa.
- Viene usted para el casting de "hombre duro" de "Dos mercenarios y una stripper de Valladolid", no?
- Pues no, vengo a hablar con usted, ya que no lo conseguí el sábado.
El rostro de Charito Coscojuela se transfiguró ipso facto, la sonrisa profesional dio paso a una palidez natural. Madero detectó incluso un ligero temblorcillo.
- Estaba indispuesta, no se lo dijo Cerrajero?
Miró en derredor, como temiendo que alguien de la productora pudiese escucharles. El guardia con aspecto de "hombre duro" le mostró la placa para acojonarla más.
- Soy inspector de la Guardia Civil y no estoy acostumbrado a regalar mi tiempo. Bien, a usted le molesta que yo esté aquí y a mi me gustaría saber el motivo. Vuelva a fingir que está indispuesta. La espero en la cafeteria Dulcinea, a estas horas no hay mucha gente, ya se acabó el trajín de los desayunos. Si en veinte minutos no se presenta, volveré a buscarla y entonces se enterarán todos sus compañeros de que está encubriendo a un asesino.
Esto ultimo lo dijo de farol, no tenía la certeza absoluta de que fuese una encubridora.
- Ah, It's raining. Take an umbrella.
- What?
- Que está lloviendo, coja un paraguas.

( Continuará )

sábado, 9 de agosto de 2014

Zurbahistorieta del sábado






Cuántas cosas se pierden !

( Para el "Concurso de relatos veraniegos de El Periódico del Prat" )


Al niño se le escapó su globo de color naranja. Ascendió el globo sobre la playa y muy pronto los niños y los mayores se convirtieron en figuritas. Oh, qué altura!... Allí arriba reinaba un envidiable silencio, tan sólo roto por el motor escandaloso de una avioneta publicitaria que anunciaba el "Concurso de relatos veraniegos de El Periódico del Prat" Pero la avioneta se fue enseguida en busca de otra playa y el silencio volvió a serlo todo en el viaje sin sentido del globo fugitivo.
 Abajo ya no estaba la playa. Ahora, bajo la ruta del globo de nadie y de todos, se extendía el mar azul inmenso. De nadie porque ya no era del niño y de todos porque es el globo de nuestra zurbahistorieta, y siempre lo será mientras haya ojos sobre estas palabras y mentes abiertas a la fantasía. Completaban la magnífica postal unas nubecillas blancas insignificantes y un sol calurosísimo agosteño y eviterno.
Y el Sol estuvo a punto de quemar el globo, pero le perdonó la vida, dejándole que cayese sobre el mar. El globo  de color naranja cayó sobre las olas y se encontró con un flotador de color rosa que había perdido otro niño. Una gaviota aburrida intentó picotear el globo, pero fue ahuyentada por una familia de delfines juguetones. Los delfines se pusieron a jugar con el globo y el flotador, mientras se comunicaban telepáticamente entre ellos: "Qué lástima, no podemos devolver el globo y el flotador a los niños que lo han perdido!"

Muy lejos de allí, en las costas de un mar remoto, muchos niños lloraban porque tenían mucha hambre. Y también lloraban sus madres. Y muchísimos niños morían de hambre cuando ya no les quedaban fuerzas para llorar. Y en otro punto del planeta, los niños perdían brazos y piernas o morían destrozados por las bombas. Y ni los delfines ni las ONGs podían hacer algo por remediarlo.

Finalmente, a los delfines se les explotó el globo, pero aún pudieron jugar un rato largo con el flotador.
- Mirar, mirar, son delfines! - gritaron unos niños desde la cubierta del yate en el que viajaban. Niños con globos, flotadores, piernas, brazos, sonrisas, chocolatinas, videoconsolas. Niños de piel sonrosada o anaranjada como hermosas rosas o sanísimas naranjas.

viernes, 8 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 45 )









El Buscón

Madero volvió a utilizar el cercanías para su regreso a Madrid. "Alcalá de Henares - Madrid con parada en todas las estaciones del recorrido", avisó la megafonía de la estación.
"En poco más de media hora estoy en Madrid. "El Buscón" de Quevedo utilizó una jornada entera para cubrir este trayecto y le ocurrieron un montón de peripecias"
Telefoneó a la comandancia mientras observaba distraídamente a los viajeros que subían y bajaban al tren en la estación de Torrejón de Ardoz, y pidió que se pusiese Garcia. El guardia Garcia estaba considerado el mejor fingidor de todos los guardias. Rapidamente le aleccionó sobre el personaje que debía interpretar.
Un rato después, tras repasar bien el papel, Garcia llamó a la productora Fantastic Media. Descolgó el teléfono la propia Charito Coscojuela.
- Fantastic Media, diga.
- Buenos días. Por favor, quiero hablar con Charito Coscojuela.
- Soy yo.
- Ah, perfecto!... Jo, es que las voces cambian mucho por teléfono, verdad?. Hola, Charito, qué tal te va?
- Quién eres?
- Antonio.
- Qué Antonio?
- Antonio López.
- No recuerdo ahora a ningún Antonio López.
- Si, mujer, "Toni", de Alcalá!
- Ah, espera, tú eres el rubio que trabaja de relaciones públicas en la discoteca "Avión"
- El mismo!... La última vez creo que nos encontramos en la calle Libreros, que ibas tú con tu chaval, ese actor...
- Y qué quieres?
No hizo falta prolongar la conversación. García excusó su mutis con una estratagema clásica.
- Vaya, ahora no te oigo!... Charito!... Charito!...
- Pues yo sí te oigo.
Colgó y llamó ipso facto a su teniente.
- Confirmado, mi teniente, esta mujer se mueve por Alcalá de Henares. Si está tratando de localizarla, puede serle útil la discoteca "Avión"
- No, creo que la voy a ver hoy en su lugar de trabajo, pero me reservo el dato por si las moscas. Muchas gracias, Garcia. Algún progreso en el caso de Joselín?
- Confirmado, el suicida se vio con Joselín en varias ocasiones. Algunos vecinos del chamizo en donde residió después de marcharse de casa lo han confirmado. Le iba a llamar el cabo ahora mismo para decírselo.
- Perfecto, Garcia, creo que ya estamos tomando el rumbo adecuado en ambos casos. Y muchas gracias, se ve que han trabajado ustedes también en domingo.
- Sí, no había fútbol y la tele estaba muy aburrida, je, je!
"Vaya, otro cachondo!"
"Charito Coscojuela!... A por ella voy ahora mismo. Entre el Cerrajero y la Coscojuela hay algo turbio que me interesa muy muy mucho"
 
( Continuará )

jueves, 7 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 44 )









Turista en Alcalá

Disponía de varias horas antes de reunirse con Onésimo Cuadrado, y aprovechó que era domingo para hacer turismo cultural. Visitó la Casa Natal de Cervantes y la Capilla del Oídor. En esta última tuvo lugar la segunda entrevista entre Cristobal Colón e Isabel de Castilla, y actualmente se ofrecen en ella exposiciones e interesantes actos culturales.
En la antañona Universidad Complutense vio la famosa "biblia políglota". Se recreo paseando bajo un cielo cada vez más despejado, por calles que antiguamente pisaron el cardenal Cisneros, el arzobispo Carrillo, el gramático Nebrija, San Diego de Alcalá, Quevedo, San Ignacio de Loyola... toda una "selección nacional" de figuras singulares de las artes, las letras y la clerecía.
Comió en Las Cuevas de Antolín de la Calle Libreros y regresó al domicilio de Onésimo Cuadrado a las cuatro de la tarde. En la entrada al portal había algunos mozalbetes que no estuvieron por la mañana, pero también consumían pipas de girasol en generosas cantidades. Destacaba la ausencia del flamante presidente de la comunidad.
Don Onésimo ya había llegado a casa y atendió al detective con suma cortesía, pero Madero sintió una desazón infinita, pues aquel hombrecillo pusilánime era imposible imaginárselo asesinando a alguien. No podía ser de modo alguno el autor de un horrible crimen realizado a base de veinticinco puñaladas. A aquel sujeto le faltaba coraje hasta para matar una mosca. 
- Je, je, fíjese usted, era mi primer coche, y cuando vi a quel sujeto subido a la baca y pegando saltos... pues, la verdad, no supo cómo reaccionar.
- Onésimo se lo toma todo con mucha calma. - dijo su señora.
- Y me lo pasé muy bien en la tele porque estuve de invitado en el plató, sabe usted?, y me entrevistó Rosalía Abril, la famosísima presentadora que también es actriz. - Miró a su mujer - Esta se puso celosa, je, je!
- No digas bobadas, Onésimo. - protestó la mujerilla asomándole los colores a la cara.

Tras un habilísimo interrogatorio disfrazado de charla informal, Madero se convenció de que Onésimo Cuadrado no había salido de Alcalá de Henares el día que murió asesinado en Lobodoiro José Luis Campillo. Lo corroboraría al día siguiente con una llamada al servicio de limpieza del ayuntamiento. Imposible, y además aquel hombre era lo menos parecido a un asesino.
El inspector agradeció al matrimonio el café y las galletas con que le habían obsequiado, hizo una carantoña al niño, que seguía en brazos de su madre, y pidió disculpas por robarles su tarde de domingo.
- No se preocupe usted, señor, yo me lo he pasado muy bien recordando lo de la tele. Le saco el album para que vea las fotos que me hicieron en el plató?
- No, no se moleste, no se moleste!
Y fue entonces cuando, estando ya con un pie fuera del domicilio, se llevó la gran sorpresa de la tarde. 
- Pues el chico me pareció una buena persona, qué lástima que lo hayan matado!, le vi tan feliz con su novia!...
- Con su novia?, no le entiendo.
- Sí, después de la broma me lo encontré un par de veces por aquí. Ella vive aquí mismo, en Alcalá, según me dijo.
- Ella?... Quién?...
- La chica, la novia!... una que trabaja en la productora.
- Una actriz?
- No, no, una de las que están con los ordenadores, secretaria o algo así. Ella era mayor que él, pero hacían buena pareja.
"Charito Coscojuela?.... Dios, tengo tanta suerte?!

( Continuará ) 

miércoles, 6 de agosto de 2014

Tres casos del inspector Madero ( 43 )






El portal de los horrores

Su informante había sido preciso, no tardó más de quince minutos en atravesar el Barrio Venecia y, después de hacer un corto tramo de acera por la M-15, llegó al Parque Manuel Azaña, una pequeña extensión de verde y bancos de piedra ocupado en gran parte por un auditorio al aire libre al estilo de los auditorios romanos. Y presidiendo el redondel de cemento con gradas se hallaba la figura del que fuera presidente de la República Española en los tiempos de mayor ruído de sables y movimientos de tropas. Don Manuel Azaña era todo un cabezón colosal en piedra. Daba la impresión de que habían querido magnificarle para desagraviar su triste sino. Nada que ver con la figurilla discreta de Don Miguel de Cervantes que, pluma de ganso en ristre, presidía la alcalaína plaza que honraba su memoria. Pero claro, hasta la estatua de Azaña no llegaban las hordas de japoneses fotografiadores conpulsivos.
Se acercó a un hombre sumamente delgado que cargaba con un paquetón de periódicos. Era el quiosquero del barrio.
- Oiga, por favor, la calle Río Manzanares...?
- Sí, señor, mire, es esa misma de ahí, ve "El Pollastre"?... pues esa calle es. A qué número va?
- Al uno.
- Ah, pues justo enfrente de la clínica dental, sólo tiene usted que cruzar.
- Muchas gracias.
- De nada. Si usted busca prensa o revistas, yo tengo un quiosco al otro lado de esos bloques.
Y señaló en dirección al lugar en donde debía encontrarse el pequeño paraíso tenderil de la información y la cultura.
Un hombre cojo con cara de malandrín saludó desde lejos al quisquero quijotesco. Era el cuponero del barrio.
La entrada al portal del número 1 de Río Manzanares estaba ocupado por una chusmilla de jovencitos a los que no hacía falta observar demasiado para percatarse de que eran simiente de delincuencia. Todos sus culos reposaban en el escalón de entrada al portal y todas sus bocas triscaban pipas de girasol y escupían las cáscaras al suelo. Y presidiendo esta cervantina reunión al aire libre ( recordemos la casa de Monipodio donde fueron a parar Rinconete y Cortadillo ) se hallaba un adulto de cabeza apepinada y ojos de sapo, cuya mirada no presagiaba nada bueno.
A Madero le jodió mucho tener que pisar sobre la "alfombra" de cáscaras de pipas para acceder al portal, el cual se ofrecía en este momento con la puerta abierta. Todos los golfillos miraron al hombre grandote con recelo. El sapo se levanto de un salto, interponiéndose entre el acceso y el visitante.
- A dónde va usted?
- A donde a usted no le importa!... - Bramó el inspector mostrándole la placa.
- Perdón, perdón..., es que soy el presidente de la comunidad y...
- Apártese, coño!... y siga ahí sentado dando ejemplo a la comunidad.
Un instante después, cuando Madero pulsaba el timbre del domicilio buscado, el sapo les decía a sus discípulos: "Porque es policía, que si no le hubiese dado un par de hostias"
Abrió la puerta una mujerilla de unos cuarenta años con un niño pequeño en brazos. Puso cara de susto al ver a quel hombre grandote que no conocía de nada.
- Vive aquí Onésimo Cuadrado?
- Sí, señor, pero ha pasado algo?
- No, no tema. Me permite entrar o le dice a su marido que salga? - Y mostró la placa, lo cual no contribuyó a que la mujer perdiese el miedo - Es su marido, no?
- Sí, señor, pero ahora no está. Hoy tiene la comida de Navidad de la empresa.
- En qué trabaja su marido?
- Es barrendero, trabaja en el servicio municipal de limpieza. Oiga, de verdad que no pasa nada?
- No pasa nada, sólo quiero hacerle unas preguntas respecto a un caso que investigamos en Cantabria. Su marido conoció a la víctima y quizá pueda aportarnos algo.
- Jesús, Jesús, qué lejos, Cantabria... Eso queda por la parte de Barcelona, no?
La señora de Cuadrado dijo que su marido regresaría pronto, a las 3´30 o las 4, porque no le gustaba beber. El inspector de despidió de la afligida mujer hasta esa hora, tras repetirle por enésima vez que no pasaba nada.
Al descender por la escalera - Madero no era partidario de utilizar los ascensores de este tipo de viviendas marginales - bajaron junto a él una pareja joven de toxicómanos, chico y chica. Le llamó la atención el bocadillo enorme que se estaba zampando el individuo. De pronto se oyeron los gritos de una mujer dirigidos al joven del bocata. Los gritos venían de arriba. El toxicómano y la que parecía ser su madre dedicaron unos minutos de su hermoso tiempo a regalarse reproches. Finalmente se oyó un portazo en el domicilio materno y BocataMan y su novia salieron a la calle por delante de Madero.
Cuando ya estaba a punto de atravesar por la "alfombra" de cáscaras de girasol, oyó un grito a sus espaldas.
- Socorro!
Se volvió instantáneamente. El gritó procedía del ascensor. Tras unos segundos de suspense, oyó más gritos y unos golpes fuertes.
- Socorro!, socorro!... Me he quedado atrapado!... Soy Alberto!

 ( Continuará )

Nota del autor: Varios de los personajes que comparten la acción de este episodio con nuestro protagonista están inspirados en personas reales.

Dedicado a León Zurbano.